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Problemas al escribir mi novela

Estoy teniendo algunos problemas al escribir mi novela. Ya tengo la historia, pero me falta mucho en la construcción de personajes o en la descripción de los paisajes. Lo que no consigo es transmitir una imagen nítida de lo que quiero decir, y eso entorpece bastante la lectura de la misma.

Los escritores experimentados dicen que estos problemas se dan por una cuestión le lenguaje, los principiantes  tienen falencias en el manejo adecuado de la lengua. Esto no significa que se deberían usar palabras difíciles u oraciones largas y complejas, sino que se deben afinar las palabras cotidianas para lograr agruparlas de tal modo que queden bien a la vista y al oído del lector, al mismo tiempo que transmitan con fidelidad lo que el escritor quiere decir.

Carolina Aguirre, una joven escritora argentina, a quien sigo en Twitter, dijo una vez que ella escribe imágenes. Y eso es lo que quiero lograr, cuando uno cuenta en palabras una imagen vívida, se le hace mucho más fácil al lector entrar en esa historia. Pero me falta práctica, sobre todo si quiero escribir una novela en base a una situación imaginaria. Nada de lo que yo quiero escribir lo vi en la vida real, no tengo ninguna foto verdadera en mi memoria que me guíe en esta empresa, pero poco a poco la voy construyendo.

Me propuse algunos ejercicios para intentar resolver el problema. Por un lado escribí metáforas de cuanta palabra se me ocurría. Describí una misma situación en diferentes géneros literarios y practiqué escribir una frase larga (media página) sin puntos.

Pero llegué a la conclusión de que tengo otra buena historia que contar y que me servirá de práctica. Una historia que sí es real, que sí la vi y que no pasó hace tanto tiempo: la historia de mi viaje por el Caribe. Creo que se me haría más fácil describir esta historia porque es mi historia, yo soy el personaje principal, yo pisé los lugares que describiría y al conocer todo esto, se me hará más fácil poder transmitir con transparencia lo que fue mi viaje.

Porque aunque uno escriba mentiras, al lector (lo digo por mi experiencia como lectora) le gusta sentirse identificado con lo que lee y creer lo que el autor dice, por más fantasioso que sea. Pero si todo lo que dice no se condice, ni en su propia imaginación, es difícil aceptar que esa historia es real.

Así que decidí posponer un tiempo más la reestructuración de mi novela, para pasar a escribir (con ayuda de los apuntes que tengo en mi blog 90diasxelcaribe.com.ar) la historia de mi viaje. Espero que de este modo me sea más fácil crear ambientes, describir personajes y que todo se condiga con fuerza.

Hace un par de noches, mientras leía La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, un libro que me prestó mi amiga Alejandra, sentí palpitaciones. Estaba ansiosa, con una intriga que me aceleraba el pulso, sentía un poco de miedo. Descubrirme en esa situación fue gratificante, primero como lectora, porque sentir esas emociones a través de las palabras fue excitante (aunque no es la primera vez que me pasa). Pero en seguida me puse a pensar como escritora y en ese momento determiné cuál es la meta que yo quiero conseguir con mis libros: la emoción, la complicidad y la estimulación de mi lector.

El día que lo logre estaré contenta conmigo misma, satisfecha de haber trabajado duro para conseguir un buen trabajo. Es difícil, pero lo haré.

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Sab, octubre 29 2011 » Literatura

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